Muchos pasan por la situación que durante una salida a hacer
algún deporte extremo, o tras una caída en un terreno difícil, se fracturan el
brazo y caen en aquél encarte de una férula de yeso. Estos suelen ser pesados,
despúes de un rato empiezan a oler, y al removerse la piel parece una uva pasa.
Esto motivó al diseñador industrial neozelandés Jake Evill a diseñar una férula
más efectiva enfocada en la comodidad del usuario.
‘Cortex’ es una férula que se crea en una impresora 3D y
funciona como exoesqueleto para el brazo fracturado. La fibra plástica en la
que se imprime busca que el accesorio sea ligero, tenga un diseño cómodo y
pueda ser lavable y reutilizable. De esta forma, el usuario puede usar su ropa
de forma normal, bañarse, y no preocuparse por tener un kilo de peso inerte en
el brazo.
Para crear la férula, primero se toma la radiografía de la
fractura. Después un escáner determina los volúmenes y las dimensiones de la
extremidad lesionada para crear el mapa tridimensional. Finalmente, otro
software se encarga de generar el patrón del exoesqueleto, teniendo en cuenta
los puntos de presión sobre la estructura del hueso y la fractura para una
recuperación más veloz.
‘Cortex’ funciona determinando puntos de presión, en los
cuales hay un aumento de densidad de fibra. Por este motivo las áreas de
soporte pueden ser más ligeras para ahorrar peso y espacio. Además, el
procedimiento permite que cada férula sea impresa a le medida del usuario,
dando más comodidad al anclaje, y reduciendo el impacto de otros elementos en
el brazo. La férula tiene un sistema de anclaje interno que permite poner y
remover el accesorio para que se mantenga estable y firme ante movimientos
bruscos o golpes en escenarios con mucho tumulto.
Para conocer más sobre ‘Cortex’ y otras creaciones de Jake,
pueden visitar su página. La única desventaja es que sus amigos y sus novias no
podrán dejarle mensajes en el yeso. Pero tendrá una recuperación más rápida y
cómoda.
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