Se deben la práctica deportiva continuada. El gesto deportivo repetido a lo largo de años provoca una sobrecarga en las diferentes articulaciones, que puede conducir a un desgate prematuro del cartílago articular, así como a inflamaciones de los tendones.
Una alteración mínima en los pies puede provocar que, al correr muchos kilómetros de manera habitual, aparezcan en la tibia molestias típicas conocidas como periostitis; también se observa un desgaste prematuro en la rótula, conocido como condromalacia.
Ambas lesiones son propias de los corredores de fondo.
Los deportistas de salto provocan un gran desgaste de la rodilla, produciendo a veces desplazamientos laterales de la rótula, más frecuentes en las mujeres. El gesto del salto provoca una sobrepresión en la rótula, cuya repetición puede conducir a un desgaste si no hay una buena congruencia entre las diferentes estructuras de la rodilla.
Otra estructura muy afectada es la columna vertebral, tanto en la zona lumbar como en la cervical. Los deportes en los que se da una rotación de tronco y, sobre todo, una hiperlordosis lumbar, como la gimnasia rítmica o el lanzamiento de jabalina, conllevan una sobrecarga en la charnela lumbosacra.
Los deportistas que padecen lesiones congénitas en esta estructura, que no les provocarían molestias si llevasen una vida sedentaria, padecen dolores continuos a comenzar a sobrecargar esta zona.
Un buen fortalecimiento de la de la musculatura abdominal, acompañado de un estiramiento de la musculatura lumbar y de las extremidades inferiores, consigue muchas veces aliviar estas molestias. En el terreno de la traumatología y de la rehabilitación, quizá la mayor problemática radica en conseguir una buena asistencia sanitaria que permita agilizar los tratamientos.
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