miércoles, 19 de junio de 2013





La rotura de fibras es una lesión de partes blandas encuadrada dentro de las lesiones producidas por un traumatismo indirecto. Las lesiones musculares obedecen en general a dos mecanismos lesionales: 1) distensión (“estiramiento muscular”, las roturas fibrilares se clasifican es este punto) y 2) traumatismo directo que produce contusión del músculo. También ocurren desgarros (laceraciones) musculares, pero son poco frecuentes el la práctica deportiva. En este caso, nos vamos a centrar en las lesiones musculares mencionadas en el punto 1).

Una rotura fibrilar es una lesión no muy grave en la que se afectan las fibras que forman el vientre muscular.
La gravedad de la lesión dependerá del número de fibras afectadas, pudiendo llegar incluso a la rotura total del músculo.

Existen 3 grados de rotura fibrilar dependiendo del número de fibras lesionadas.
Las distensiones musculares (o roturas fibrilares) se producen por lo general a nivel de la unión musculotendinosa, durante un episodio de actividad muscular excéntrica máxima.
Los esprínteres o velocistas muestran especial predisposición a este tipo de lesiones.
Cabe destacar que los músculos más afectados son los biarticulares, como por ejemplo los isquiotibiales, los gemelos y los aductores de cadera.

Normalmente, las roturas de fibras ocurren cuando la demanda sobre un músculo excede su fuerza innata, por ejemplo en paradas bruscas, deceleraciones, aceleraciones rápidas, etc…
Las fibras se rompen porque se sobrepasa de manera excesiva la elasticidad fisiológica del vientre muscular.
En lesiones leves, puede ser que el sujeto pueda terminar la actividad, aunque existe el riesgo de que la lesión empeore por el esfuerzo. En lesiones más importantes, el deportista siente un dolor súbito en el momento de la lesión, el cual recuerda con exactitud, y no puede terminar la práctica deportiva.
Luego de la lesión, persiste la hipersensibilidad con dolor incluso en reposo, y se agrega una disminución de la función contráctil.

Otro signo característico es la hinchazón secundaria a sangrado o edema subsiguiente. Todos los tipos de lesión muscular, independientemente de su causa, se asocian con sangrado muscular interno. Esto sucede porque el muscular es un sistema bien vascularizado y porque el flujo sanguíneo regional suele ser elevado en el momento de la lesión.
Por consiguiente, son comunes los hematomas. La lesión y el sangrado tisular provocan una reacción inflamatoria; esta reacción constituye la base de la respuesta reparadora que conduce a la formación de tejido cictrizal. Después de una lesión muscular significativa, la regeneración tisular muscular es de escasa magnitud y el tejido lesionado es más bien reemplazado por tejido fibroso cicatrizal que carece de propiedades contráctiles, lo que incrementa el riesgo de lesiones recurrentes.

Como prevención para posibles lesiones o recaídas, se deben tener en cuenta varios aspectos antes de realizar cualquier actividad física de forma segura:

• Es muy importante realizar un buen calentamiento previo a cualquier actividad física. La entrada en calor tiene por objeto aumentar la temperatura muscular entre 1 o 2 grados, lo que hace que el músculo esté más flexible previniendo las lesiones.
De la misma manera, la vuelta a la calma de una forma continuada contribuye a eliminar los productos de desecho producidos durante el ejercicio. Estirar al finalizar la práctica deportiva evita sobrecargas musculares y mejora la función muscular.

• Los ejercicios de fuerza contribuyen a que los músculos en conjunto trabajen en forma coordinada; si agregamos trabajos de propiocepción se logrará que la dinámica muscular funcione en armonía, evitando lesiones.

• La dieta también cumple un papel importante ya que si el aporte de hidratos de carbono no es el adecuado, la lesión puede aparecer por estar el músculo fatigado al no tener el aporte energético necesario.


Grados de rotura fibrilar


Rotura fibrilar de grado 1

Es la más frecuente y corresponde a una rotura microscópica en la que sólo unas fibrillas musculares son lesionadas.
Existe hemorragia local y equimosis por debajo del nivel de la lesión.
Al ser de tamaño reducido, no suelen ser visibles en la ecografía. El paciente refiere dolor que aparece de forma instantánea al producirse la lesión, habrá impotencia funcional y no podrá terminar la práctica deportiva. Con el reposo disminuye el dolor pero éste se reproduce con la presión o el movimiento.

Además, habrá dolor al estiramiento pasivo, y los movimientos pasivos estarán afectados si la lesión es evidente. Existirá dolor a la contracción isométrica, y los movimientos activos y contrarresistidos serán dolorosos.
La musculatura estará contracturada por la lesión.


Rotura fibrilar de grado 2

Cuando existe una solución de continuidad macroscópica de las fibras musculares, pero sin afectar por completo al cuerpo muscular. Con la ecografía se pueden visualizar la lesión muscular y el hematoma acompañante. Si la ruptura es superior al 30% del cuerpo muscular, se ha de plantear intervención quirúrgica.

Rotura de fibras de grado 3

Es la ruptura total del músculo. Se rompen totalmente las fibras, separándose ambos extremos musculares con una retracción de los vientres musculares, que se retraen y se contraen. Cursan con intenso dolor e impotencia funcional completa. Es dolor que no cede, y normalmente suele aumentar. Se produce por movimientos bruscos de gran intensidad, con sensación de desgarramiento. Existe gran tumoración y equimosis. 



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