Para la medicina ortodoxa, las articulaciones sacroilíacas poseen movimientos únicamente durante el parto; estos movimientos son de nutación y contranutación.
En osteopatía, la biomecánica es distinta porque describe movimientos del sacro dentro de los ilíacos y movimientos de rotación de los ilíacos en relación del sacro, que se acompañan de movimientos de cizallamientos de la sínfisis púbica.
El brazo corto del ilíaco (convexo) se corresponde con el brazo corto (cóncavo) del sacro. El brazo largo (cóncavo) del ilíaco se corresponde con el brazo largo (convexo) del sacro.
Puede darse el caso de que las dos superficies articulares sean
convexas, favoreciendo el out-flare.
La pelvis es un anillo; es una estructura en bóveda cuya clave de arco es la primera vértebra sacra, que recibe el peso del cuerpo; lo transmite durante la bipedestación a través de las alas del sacro y de los ilíacos a las articulaciones coxofemorales.
Esta transmisión del peso se hace a través de un sistema trabecular que es la materialización de las líneas de fuerza.
El ilíaco distribuye el peso hacia el cuello del fémur; por otro lado la resistencia que opone el piso se transmite por el fémur a la articulación coxofemoral y a la sínfisis púbica a través de las ramas horizontales del pubis, cerrando así por delante el anillo pélvico.
En la pelvis se produce un cruce de líneas de fuerza. Las líneas de fuerzas descendentes forman las cadenas descendentes, llegan a las articulaciones sacroilíacas a través del raquis, sacro, y pasan a través de la línea innominada a la articulación coxofemoral, pudiendo originar cadenas lesionales descendentes sacroilíacas.
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